Moira Millán: "Ser Mapuche es aquel que vive la tierra desde la pertenencia a ella"

  por Miriam Libertad Djeordjian

Esta entrevista fue realizada en mayo de 2004. Recogida por varios portales ecologistas e indígenas, y a pedido de varios lectores, la incluyo  hoy en Desde la hoguera.

Foto de Juana Ghersa en Página/12

Así es casi siempre. Entrevistas, llamados, encuentros, reuniones... Aprovecha cada segundo de su tiempo en la gran ciudad antes de volverse a su amenazado paraíso en la cordillera patagónica. Entre denuncias y declaraciones, también se hace un rato para resolver asuntos de la cotidianidad, como proveerse de alimentos para tener en la despensa comunitaria de Pillan Mahuiza en Chubut.  Después de unos días compartidos en el Primer Congreso de Educación Ambiental, celebrado entre el 6 y el 9 de mayo de 2004 en Embalse Río Tercero, Córdoba, Argentina, nos encontramos con Moira Millán para irnos de compras, que no de shopping , sino al barrio de Liniers, donde se pueden conseguir cereales y legumbres a granel, frescos y a muy buen precio.  ¿Y por qué no aprovechar el momento para mezclar  un poco de luchas, granos, complicidades, especias y sueños?

-Estamos con Moira Millán, "Mapuche, sexy y combativa"...
-Bueno... ¡empezamos muy mal la entrevista! 


- Traigo el título desafortunado y sexista que "Hecho en Buenos Aires" puso en tapa al publicar la entrevista que te hicieron...
 -Esa nota, en realidad la hizo una chica que está muy comprometida con la lucha mapuche o al menos eso parece. Ella estuvo viviendo en nuestra comunidad, y me pidió permiso para publicar la nota en "Hecho en Buenos Aires". Yo vivo a miles de kilómetros de Buenos Aires, a 100 kilómetros de la ciudad donde puedo acceder a una revista y enterarme de lo que pasa con las entrevistas que doy. Vivo en medio de la cordillera y me vine a enterar dos meses después que esta revista había largado como título de tapa eso de "Sexy y combativa". Me pareció una degradación de mi persona, me dolió, me ofendió, le vació sentido a la entrevista. Ya de entrada la tapa lo que hace fue frivolizar algo que es muy profundo y trascendente. Y además quiero que alguien me explique lo que es ser sexy, porque no lo termino de entender. Creo que se trata de cosificar a las mujeres y convertirlas en un producto vendible en las estanterías del mercado. Y una, justamente lucha por destruir ese estereotipo, y más desde la tierra y desde mi identidad como mujer mapuche. Para mí es repudiable la tapa de esa revista. Espero que los buenos lectores hayan sabido discernir entre la tapa y el contenido de la nota. 


-¿Como es hoy en día ser mapuche?
-Mapuche significa "gente de la tierra" y ser mapuche es ser parte, pertenecer a la tierra. Y a partir de ello se desarrolla el pensamiento filosófico de nuestro pueblo, esa relación armónica y comunitaria con la naturaleza. La palabra mapufungun, en el habla de la tierra, significa todo el vínculo comunitario que no se extiende sólo a la familia, sino también al árbol, al río, a la montaña, porque ellos son parte de la comunidad, son elementos con los que se convive, que serían nehuenes, fuerzas, y el mapuche es una fuerza más. Entonces, ser mapuche es aquel vive la tierra desde la pertenencia a ella. Antes ser mapuche era solo pertenecer a un pueblo, ahora se ha convertido en toda una ideología. 


-Desde esto que expresas, me gustaría que nos cuentes sobre la reciente formación del Frente de lucha campesino-indígena, porque desde esta concepción un campesino puede llegar a ser "gente de la tierra" aunque no haya nacido en la Araucania.
-Ahora hay muchos mapuches escandalizados por esto del Frente Mapuche-Campesino porque dicen que están fragmentando al pueblo mapuche entre urbanos y campesinos, y otros dicen "la lucha campesina nada tiene que ver con la mapuche", o que abrazar la lucha campesina es restarle identidad a nuestra lucha como pueblo ancestral...
Este frente y lo que planteamos no tiene que ver con este paradigma. Nosotros, el pueblo mapuche, milenario, con toda nuestra identidad cultural, nuestra espiritualidad, con nuestro mapufungun, se reafirma y se asume en esa pertenencia a la tierra y en esa pertenencia cultural. Pero empezamos a ver la necesidad de amalgamarnos con otros pueblos, otros hermanos, con los que no son mapuches, pero que son gente de la tierra, y que también desarrollan una toda filosofía en torno a ella. Entonces distinguimos entre campesino y pequeño productor.



-¿Cual sería la distinción? 
- El pequeño productor produce de la tierra según la demanda del mercado, cultivando intensamente: puede ser soja, fruta fina, tulipanes y no piensa si los fertilizantes o pesticidas le hacen mal.


- Esto sin importar si es una hectárea o son mil...
- No, claro, es la forma de operar y ver la tierra como mercancía utilitaria calculando la rentabilidad es una misma. Ese pequeño productor mañana se puede convertir en un gran productor o un montsanto; hoy no lo puede hacer porque su situación es otra, pero aspira hacia ello. Mientras que el campesino tiene una relación más de autosuficiencia, más armónica, de diálogo, más filosófica... Un campesino no responde a las necesidades del "mercado" para adquirir dinero, sino a la necesidad de su propia subsistencia, y al mismo tiempo su vida se plantea a partir del respeto al lugar donde está. Cría algunos animales, tiene diversificación de cultivos, hace trueque con otros campesinos, con los mapuches. Hacemos esta salvedad porque son diferentes y ahí es que nosotros creemos posible amalgamarse, que es posible luchar y plantear un nuevo pensamiento.

- Mientras hablabas, pensaba en que varias teóricas feministas y mujeres de la espiritualidad femenina, establecen un quiebre histórico en el momento en que el ser humano se empezó a pensar como distinto de la naturaleza, ya no como parte, dejando de ver a la naturaleza como una "madre nutricia" sino como una "amenaza", como fuerzas indomables que se debían someter, y en los últimos siglos, como una fuente de recursos y pura mercancía. Y con esto las ecofeministas establecen un paralelo simbólico entre este proceso con la naturaleza y la dominación de las mujeres por los varones, pensadas como parte de esa naturaleza a someter. Desde acá te pregunto, ¿cómo ves la relación entre varones y mujeres dentro de la comunidad entre mapuches?

- Primero, antes de contarte cómo lo veo hoy, después de 150 años de conquista y de imposición de valores antagónicos, quiero contarte cuál es la esencia del pensamiento mapuche frente a esto. Porque es lo que hoy estamos tratando de fortalecer y afortunadamente estuvo subsistiendo. El pueblo mapuche, ante todo, respeta la naturaleza de cada uno. Dice un machi que "la violencia nunca se va a poder erradicar desde la cultura huinca (blanca-occidental), porque lo primero que hizo fue violentar el ser interior del individuo, imponiéndole un modelo de construcción social". A diferencia de esto lo que hace el pueblo mapuche es respetar la naturaleza de cada uno; nosotros lo llamamos nehuen. Está el que nació con nehuen de machi, que es como un chamán, quien tiene conocimientos de medicina de filosofía; el nehuen de lonko, que es la autoridad política y espiritual en algunos casos; el que nace con la naturaleza de ser toki o comandante; kona, guerrero; o werken, que es el mensajero. Y lo mismo "las" que nacen; las mujeres nacemos con una diversidad de naturalezas que nos permiten ocupar distintos lugares en la lucha de nuestro pueblo. En el pueblo mapuche hubo una gran comandante que peleó a la par de Leftaro, (Lautaro) y si él organizaba sus tropas y luchaba contra el español, al igual lo hacía Wacolda y el pueblo mapuche guardó este nombre. Y, sin embargo, la historia chilena reivindica a Lautaro, aunque parezca contradictorio, pero invisibiliza a Wacolda, ni se la menciona, no hay ningún monumento que la recuerde. Pero nuestro pueblo se ha encargado de guardar su nombre, de recordar que libró y ganó muchas batallas y que defendió con orgullo su tierra. 


-¿De que época es Wacolda?
- Del 1580 más o menos...Y después hemos sufrido la colonización y hoy día pasa un fenómeno muy notorio, donde las mujeres toman la dirección del proceso de organización de la lucha, sobre todo en Chubut, y tienen un importante rol político y social, incluso acompañadas por sus maridos ante los gobernadores de turno, ante las fuerzas de seguridad. Sin embargo, esas mismas mujeres en el interior de sus casas son subyugadas y sometidas por sus maridos, aunque después le da su lugar frente la lucha social. Si ella comanda algo, él se calla la boca y acompaña. En la cotidianidad se ve todo el tiempo esa contradicción. 


- Vos que viviste también en la quebrada de Humahuaca, ¿cómo lo ves comparado con otras culturas indígenas?
- Es muy distinta nuestra realidad a la del norte donde el sometimiento de las mujeres es mayor. Las mapuches son mujeres con mucha autodeterminación. En el norte, aunque he conocido mujeres muy sabias, son muy maltratadas, no pueden tener un alto perfil, y está mal visto que hablemos mucho. Es notoria la diferencia porque yo que soy verborrágica, muy extrovertida, en mi pueblo me manejo con total naturalidad...


-En tu pueblo ya admitieron que sos werken (mensajera)... (risas)
-Sí, puedo hacer chistes y divertirme con mi gente sin problemas... En el norte eso está muy mal visto e incluso mi libertad incomodaba y era mal visto por las mismas mujeres.



- Parece que esa libertad también le molesta a los que titulan tapas de revistas... (risas) Cambiando de tema, ¿qué pasa en Esquel después del 86% de la gente en contra de la explotación minera de la Meridian Gold?
- Bueno, sí se paró la explotación de la mina en la ciudad de Esquel, pero la empresa no se ha ido de la provincia. Se habla del No a la mina en Esquel, pero sí al mapa de prospección minera. Se ha logrado frenar la actividad en la ciudad, pero no en las zonas rurales. Todo sigue igual. Ahora se están armando espacios de coalición entre distintas comunidades mapuches y campesinas que nos estamos oponiendo al avance de la minería. Algunos han participado de la toma de la Dirección de Minas, exigiendo al gobierno que defina su posición frente a la prospección minera en las comunidades rurales. Hay dos localidades que nuclean muchas comunidades que han dado permiso para la prospección minera: una es Tecka y la otra es Gobernador Costa. 


- ¿Siempre con la Meridian Gold?
- Sí porque el gobierno tiene con ellos un acuerdo contractual de millones de dólares que si no cumplen le puede significar un juicio sideral. El tema es que
por más que se haga en un lado u otro, la contaminación de la napas con cianuro y arsénico no conoce límites. La tierra tiene como venas por donde va fluyendo el agua como si fuera sangre y así se expande el impacto de la contaminación. 


- Y hablando del agua también está el problema de las represas que proyectan construir...
- Es terrible y tristísimo. Ayer se aprobó el Plan Energético Nacional que va a impulsar todos los proyectos de represas que había en el país para poder lograr el volumen energético que necesitan, sobre todo las corporaciones gringas, para abaratar los costos de desarrollo en Argentina. Entre esos proyectos está el sistema de "La Elena", que son seis represas sobre la cuenca del Carrenleufú que va a significar la muerte de ese río. Un río que atraviesa zona de masa boscosa, va serpenteando por la cordillera; es una fuente acuífera fundamental. Ahí van a desovar los salmones al Pacífico. 


-Estamos hablando de una región en Chubut que está en plena cordillera...
-Sí, ya del otro lado es Chile y este megaproyecto va a afectar muchísima superficie, en zona de bosque húmedo. Modificaría el clima y podría llegar a haber alerta climático e inundaciones, con semejante estancamiento de seis diques en una zona tan lluviosa. 


-Y Pillán Mahuiza, tu comunidad, ¿a qué distancia está?
-Estamos a sólo 2 kilómetros de uno de los diques proyectados así que para hacer la represa nos tienen que desalojar porque sube más de 300 metros la cota de agua. Nuestra lucha es por evitar las represas y permanecer nosotros en el lugar. 


-Pero la lucha mapuche tiene también una razón ligada a la identidad y a su espiritualidad...
-¡Por supuesto! Nuestra lucha no solo es por "no ser desalojados", sino por la importancia que tiene que continúe esa vida del río, del bosque, esas fuerzas vivas que la naturaleza hace nacer y que tienen su nehuen. Para nuestra cosmovisión, dentro de esa naturaleza hay un nehuen mayor que ordena cada círculo y eso se llama Pillán. "Pillán Mahuiza" tiene su montaña sagrada, que es imponente y rojiza en medio de los verdes del bosque y ella es la que ordena toda la relación armónica y circular del lugar. Por eso nosotros peleamos contra la mina para que no la dinaminataran; no había nada que discutir de si los capitales son privados o estatales, son nacionales o extranjeros, ni si se podía explotar minimizando el "impacto ambiental"... Es No a la Mina porque es asesinar a la montaña, porque moriríamos nosotros y nuestra identidad ligada a esta montaña, a los ríos, al bosque. Allá en Chile, nuestro hermano Alexis Lemún de apenas 17 años murió peleando por su bosque y se llamaba Lemún, "bosque", ese era su nombre: Bosque. Y él salió a defender a su abuelita que la sacaron de las mechas, ella que levantaba ceremonias en ese bosque. Nos oponemos a que sigan talando bosque nativo para implantar bosque artificial de eucaliptos y pinos. Alexis pagó con su vida defender el lugar que heredó de sus ancestros. Y así está pasando con el río. Nosotros no queremos que lo asesinen. Ellos dicen: "bueno, le amputamos un pie, hacemos por acá una represa... y bueno ya que estamos le amputamos una mano y hacemos otro dique por acá..." Nosotros sentimos el dolor que le provoca al río, del que nos sentimos parte, y tiene que ver además, con nuestra existencia futura. Dentro de nuestra visión mapuche, la cultura está ligada a la identidad con la tierra y lo que nos enseñan los mayores es que si desaparece un elemento de la naturaleza, desaparece un elemento de la cultura. 


-¿Y están articulando con gente de otros movimientos sociales?
-Sí, estamos articulando con compañeros de distintas organizaciones ambientales y otras sociales como piqueteros, de derechos humanos, sindicatos, de fábricas recuperadas... con todos tenemos diálogos. Y en ocasiones en que hay que acumular fuerzas para plantarse por un tema obtenemos el apoyo. Queremos más bien despertar la conciencia del individuo descomprometido, del que no se identifica ni con los piqueteros, ni con la gente de las fábricas, ni los docentes, y que tampoco se identifica con los que gobiernan, pero tampoco se decide a hacer nada para cambiar las cosas. Queremos que por lo menos se movilicen para resguardar la vida. Hoy, que tanto se habla de la inseguridad y se ha levantado la seguridad como un emblema, como un objetivo a alcanzar y el antagonismo que encierra la inseguridad para cada uno. Para Blumberg inseguridad es que le asesinen al hijo, pidiéndole dinero, a mano armada que vino de la misma policía y que aunque él no lo diga, inseguridad es policía. Para nosotros inseguridad son los desalojos, son las inundaciones, son la contaminación. Inseguridad son los gobiernos corruptos avanzando con el desarrollismo en función de la especulación acumulativa de las corporaciones. Nosotros tenemos la inseguridad de poder seguir viviendo en nuestro lugar...Tenemos la inseguridad de poder seguir viviendo...


Y aquí nos quedamos, con ganas de seguir el diálogo, pero sabiendo que en cualquier ratito, en una marcha o haciendo compras, nos volveremos a encontrar, para seguir mezclando luchas, complicidades, y sueños. 

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